viernes, 31 de mayo de 2013

El embarazo precoz es aquel embarazo que se produce en niñas y adolescentes. A partir de la pubertad, comienza el proceso de cambios físicos que convierte a la niña en un adulto capaz de la reproducción sexual. Esto no quiere decir, sin embargo, que la niña esté preparada para ser madre.



En concreto muchas son las consecuencias negativas que tiene que una pequeña de esta edad quede en estado. Entre las mismas podríamos destacar, por ejemplo, un brutal cambio emocional que la lleve a la depresión y también una ruptura de su vida hasta ese momento. Y es que debe hacer frente no sólo a una carga de adulto, como es tener un hijo, sino también a ver paralizados sus proyectos formativos, laborales o de vida.
Todo ello a su vez trae consigo que a su vez el bebé que nace pueda estar sometido a los problemas físicos y mentales de la madre lo que suponga al final que él tenga que enfrentarse a sufrir patologías tales como ceguera, mal formación o diversos retrasos psíquicos.




El embarazo precoz está vinculado a una cierta situación social, que combina la falta de educación en materia de reproducción y comportamientos sexuales, la falta de conciencia propia de la edad y otros factores, como puede ser la pobreza (que obliga a vivir en situaciones de hacinamiento, por ejemplo). En muchas ocasiones, incluso, el embarazo precoz está vinculado a violaciones.


Y todo ello sin olvidar otras causas que igualmente se encuentran entre las principales originarias del llamado embarazo precoz. Así, entre las mismas se hallan también el consumo de todo tipo drogas, una falta de modelos adecuados en la joven, violencia en el seno de la familia y la influencia de vivir en un entorno donde es frecuente que las mujeres queden embarazadas a edad muy temprana.
Es común que el embarazo precoz sea condenado a nivel social y familiar. La adolescente embarazada es vista como “culpable” de una situación “indeseada”, por lo que suele ser discriminada y no cuenta con el apoyo que necesita. Por eso, los especialistas insisten en que la madre precoz debe contar con la asistencia de la familia y ser acompañada en las visitas a los médicos y en los cuidados.
De todas formas, los médicos resaltan que es necesario trabajar en la prevención de los embarazos precoces, con campañas de concienciación, educación sexual y el reparto gratuito de métodos anticonceptivos.

En este caso podemos decir que se establecen tres modelos de prevención:
Primaria. Consiste en desarrollar todo tipo de medidas, fundamentalmente educativas y sociales, para evitar que se produzca el embarazo precoz. Se encamina hacia el cambio de comportamientos sexuales.
Secundaria. En este caso lo que se intenta es que una vez el embarazo ha tenido lugar se limiten los problemas que él trae consigo, es decir, persigue la evolución satisfactoria tanto de la madre como del bebé.


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